El lento fluir de la música se funde con el momento.
Aun hay un adentro, de lágrimas de emoción, que a raudales hablan.
Arroyos de alivio del alma,
que se aligera y crece, hasta encontrar la calma.
Se definen caminos.
Y el caminar se genera.
Aprendiendo el instante.
De lo que es, mientras dura.
Del refrenar de las dudas.
Del corazón que acelera.
De la nieve que ahora es miel,
en el borde de tu espalda.
Que se tensa y que se arquea,
desarrollando un abrazo.
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