Gustaba de andar desnuda entre la niebla.
Se me ha vuelto a incrustar un cuerpo extraño, que me tapona los sentimientos.
Y es que por mucho que no quiera estar triste,
las lágrimas sujetas de tantos malos ratos me rebosan.
No voy a tapar nada.
No quiero.
Prefiero ir sin ropa.
Quedarme en cueros.
Sin nada que interrumpa el fluir.
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