He recordado largos anocheceres pausados. Dentro del refugio de las gruesas mantas de invierno.
Recorriendo cada trazo de las hadas. Deteniéndome en su etérea y misteriosa belleza. Admiraba sus trajes hechos de pura luz de estrellas. Sus ondulados e infinitos cabellos. Sus claros ojos de mar. Su belleza de otros mundos.
Se materializaban justo en el instante en que se desvanecía la esperanza.
Cambiaban el curso de los acontecimientos.
He leído que hay que volver a soñar la vida y los sueños que perdimos para poseerlos de nuevo.
He recordado. He vuelto a soñar.
Lo que simbolizan las hadas. Que todo se puede cambiar, con tan sólo crear un nuevo pensamiento.
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