domingo, 31 de julio de 2016

Campo de estrellas

Con sigilo y despacio, la madrugada sorprendió la obscuridad de los cuerpos en su abrazo.

A tientas, mi boca, encontró tus entreabiertos labios y germinó el beso.

Y acontecieron seis elípticas solares.
La gravedad se marchó de mi cuerpo. anduve descalza, caminando sobre tus pies.
Y desde entonces, refulgen en el pecho galaxias nacientes.

Y el mismo suelo es la atalaya del infinito.

Y todo es nuevo, hermoso y extraño.



Soneto a tus vísceras






Harto ya de alabar tu piel dorada, 


tus externas y muchas perfecciones, 


canto al jardín azul de tus pulmones 


y a tu tráquea elegante y anillada. 






Canto a tu masa intestinal rosada 


al bazo, al páncreas, a los epiplones, 


al doble filtro gris de tus riñones 


y a tu matriz profunda y renovada. 






Canto al tuétano dulce de tus huesos, 


a la linfa que embebe tus tejidos, 


al acre olor orgánico que exhalas. 






Quiero gastar tus vísceras a besos, 


vivir dentro de ti con mis sentidos... 


Yo soy un sapo negro con dos alas.










Baldomero Fernández Moreno

Agostando julio

A veces, te emocionas y lloras cuando nos sientes, cuando nos ves. Y nosotros pensamos que es porque nos reconoces y nos echas de menos.  El caso es que nadie, excepto tú, puede saberlo.
De hecho, cuando se llora, no tiene porque haber un motivo, es una manera más de expresarse.
Lo es evidente es que te has aferrado con fuerza a la vida que te recorre, madre, y no estás dispuesta a rendirte.

Es un milagro verte sonreír tanto, que nos obsequies  con tantos besos y nos regales tantos cariños.
Ahora sé que esa es tu verdadera naturaleza.

Contra todo pronóstico (que delicia supone comprobar fallidos los pronósticos cuando son para bien) hablas. Comienzas a decir tus primeras palabras a tus 79 años.

Y continuamos con nuestro avatar.  Sorprendiéndonos . Aferrándonos a la curvatura ascendente de una pregunta que nos contesta el instante siguiente.

Vemos  y vivimos cosas terribles. Como también hay ocasiones en que alcanzamos la  ilusión de lo sublime.

Los momentos se construyen con trayectorias compuestas de piruetas amables y saltos al vacío sin red.


Y yo, prefiero el trapecio.

jueves, 28 de julio de 2016

La representación del pensamiento del mundo






Mira con atención.

Imagina los personajes sin esas telas que cubren partes de sus cuerpos. Así es como fueron pintados  en un principio.

Es la representación del pensamiento y del mundo.

Mira con atención suma.

Lo que ves es lo que es. Y esa visión se completa y se complementa con el resto en el que no logras fijarte, pues ese resto es infinitamente grande.

Quizás sólo somos captadores de la realidad, irrepetibles en la unidad.

Quizás no comprendemos que nos podemos salir del cuadro.

En atención. Plena.

martes, 26 de julio de 2016

4'33"



Sin el silencio, no se puede escuchar nada.



Despertares

Llegan cada mañana con su porte grácil y sus vaporosas melenas recogidas en coletas, haciendo viento.
Y llenan todo el espacio de risas y alegría, de juegos y de cantos.
Proyectan en él una sensación de inconsistencia e irrealidad.
Descubren el potencial oculto que subyace en la materia.
Escudriñan todo con sus ojos y sentidos, descubriendo e inventando algunos nombres, para lo que no conocen y otros para adaptar la realidad a su mundo imaginario.
Llegan cada mañana, perfumando los estar es con su encanto y sus chispeantes saltos de vida.
Y, al sentir su energía pura, apetece continuar, aunque sea por un rato.



lunes, 25 de julio de 2016

De arena y de sal

Tránsitos de gloria
De sabor eterno
Hálito del templo
De tu hermoso cuerpo
Gravitan mi espacio
Con su movimiento.

Perderse en tu mente
Sentirse flotar.
Envuelta en las aguas
que tiemplan tu mar.

El ser se desborda
De espuma y de cielo
De risa y de dicha
De arena y de sal.

domingo, 24 de julio de 2016

Tonino

Yo velaré tus sueños.
Y recogido en mis brazos, hallarás refugio en la cima del mundo.

Tus risas son mi alegría, el oro del pan que alimenta cada día.

Duerme, pequeño, duerme.
Con permiso del alba, cuando tus ojos abras, volverá a hacerse una nueva mañana.



True love

Hubo una vez en que paseábamos sin prisas. Y al mirarnos la alegría viajaba de tu rostro al mío. De tu boca a mi sonrisa.
Eso soñaba la otra madrugada. Aunque debiera decir que ese era mi despertar. El sentimiento de que una vez hubo paz y que es esa paz interior es la que quiero respecto de ti y respecto de todo el mundo.
Cuando escribo en este lugar, evito las palabras negativas, en la medida de lo posible.
Es mi deseo expreso no añadir más fealdad, ni tristeza, ni dolor al mundo.

El amor no muere. A veces ocurre que algunas de sus ramas paran de crecer y se hacen más fuertes, otras ramas del mismo árbol que persisten buscando la luz.
No imaginaba que esto pudiese llegar a ocurrir. Y sin embargo así es.
Tampoco que mi vida iba a ser como es ahora. Ni que tuviese tantas dudas a estas alturas de la vida.  Y sin embargo, basta una inspiración para que se disipen.

Hubo un tiempo exterior. No era ni mejor ni peor: era lo que era.
Ahora ya no queda tiempo. Tan sólo instantes, momentos y puntos de fuga. Y la escala musical de todo el espectro luminoso.

Desde ese adentro que eres, puedes componer  universos enteros.


Si de verdad quieres.

sábado, 23 de julio de 2016

Los astros más cercanos

Los niños son pequeños astros cercanos, llenos de luz nueva y serena.

Acarician sin deslumbrar, tienden sus manos en confianza, más allá de lo aparentemente posible.

Ellos no conocen límites en la realidad, pues para ellos no existe frontera entre lo que  real y lo imaginario. Quizás es que esa frontera no exista y sea un artificio, como tantas cosas de este mundo.

Quizás algún día cuidemos de todos los niños del mundo y, también nos cuidemos nosotros y nuestra casa, para que nuestro ejemplo aprendan a cuidarse y a cuidar de todo.

Los niños son las cercanas constelaciones de estrellas que componen la alegría.

Y mientras, el mundo arde.

 Y continuamos, completando la sonrisa de nuestros astros cercanos.

Mira ahí, justo es quien te tiende su pequeña mano.










jueves, 21 de julio de 2016

Ahora que soy mayor

Ahora que ya soy mayor, gusto de pasear solo por la ciudad.
Apenas si comienzo a esbozar sobre sus hermosas avenidas, las líneas maestras de lo que será mi memoria.
Camino. Siento mi invisibilidad. Si: así es como realmente soy. Bueno, me gusta comprobar que lo soy, que nadie nota mi presencia al cruzarse en mi camino. Con mi mediana estatura y mi uniforme de colegial.
Circulo deprisa entre la muchedumbre, de la que huyo siempre. Aborrezco el bullicio sin orden aparente. Con mucha prisa me alejo de las prisas.
Hasta que mis pasos me conducen a un lugar menos transitado.
Tengo un refugio.
Lo descubrí un día. Es una invitación al
lento fluir. El caminar se convierte en remanso.
Una suave penumbra, de generoso encanto, me recoge en su regazo. Me invita a contemplar y perderme en maravillas.
Es el sitio donde se diluye la frontera entre lo real y lo imaginario.
Ventanas miles, dentro de ventanas.
Mi mente vuela. Los ojos planean sobre todos los rincones.
Ahora que soy mayor, quiero hacerme más mayor mientras viajo por todo el mundo.
Inventaré más ventanas que sean luz de otras ventanas. Los niños podrán escapar a través de ellas de su cuento. Soñarán despiertos y serán lo que realmente quieran ser.

miércoles, 20 de julio de 2016

Al otro lado


El genio creativo concibe su "lámpara" como perfecto medio de expresión.
Es el ser en su unicidad, singularidad, totalidad y complejidad.
Es fruto de la pasión por la vida y la muerte.
Desecha los conceptos dados y manidos, elaborados por otros. Esos que se adhieren al pensamiento como pesadas amarras y cercenan las ideas originales.
Inventa el juego del "si mismo", trasladándose mucho más allá de la apariencia, al otro lado del espejo.

Sweet dreams

Cada noche, las voces de un mundo injusto y cruel, arropan sus sueños.
Y, tal vez, esos florecientes sueños sean los que alguna vez cambien este injusto mundo y hagan de él un lugar más
amable.



martes, 19 de julio de 2016

Tan pequeños

Cuantos largos encuentros sin fin de vivir intensamente.
Decías que experimentábamos todas esas cosas para recordarlas. Para llenar los vacíos de la existencia con esos recuerdos.
El recuerdo como un lugar de retorno y sentido.

El devenir de los acontecimientos preservó intactos los sentimientos. A resguardo, entre dos planos distintos de la realidad. Mientras, se iban superponiendo y sedimentando otras realidades.

En mi mente eres grande y hermoso. Y, sin embargo, al verte te siento pequeño, algo así como encogido y chiquitito.

Noto como si un halo de tristeza te envolviese.
En esos instantes previos en los que nuestros caminos se aproximan, dudo de mi percepción: no sé si eres tú o es mi interior lo que percibo.
El zarpazo de la erosión  nos ha robado demasiados pedazos de golpe. A ambos.
Ocurre que me reconozco en ti en muchos aspectos.

Nos unimos en un abrazo de mares de siglos. Ahí está, alojado en la caja torácica, ese algo que antes no existía: ni en ti ni en mi. Es un poso de dolor en lo más hondo, que ha hecho más bella el alma.

Nos miramos. Ya no saltan chispas.
¡Cuantas sensaciones contradictorias!.

Sumo silencio a tu silencio. Flota en el azul del cielo. Silencio para decir muchas cosas. Silencio para reconocerse. Silencio desde el que comenzamos a hablar sin sonidos.
Y sale la voz. Poco a poco. En un incómodo hacia fuera. Palabras que brotan de un interior lleno de preguntas que se fueron resolviendo con granos de tiempo.

Nos pensamos acomodados. En la ilusión de detener lo que es puro mudarse.

Nos aferramos a la idea de un mundo en el que nunca encajaremos, que no nos corresponde, con la vana esperanza de comprenderlo.

Pero no.

Así es que aferrados al perpetuo girar de la especie, continuamos.

No sé si alguna vez te dije, si así fue no lo recuerdo, que la vida es para olvidarla.

Para soltarla en cualquier instante. Vaciarla y volverla a llenar.

Para apenas si rozarla con la yema de los dedos, mientras crea, recrea y transforma.

Y permanecen los surcos, surcos de profundas penas llenos de acuosas alegrías.

En tu rostro. En mi rostro. ¡Tan pequeños!

La misteriosa llama

"Existe una luz que sale desde dentro del hombre, es el brillo de los ojos, el sonrojo de las mejillas, los sutiles reflejos que se producen en el pelo o en el marfil de los dientes.
También es la luz de su integridad física y de su alegría. Presentimos que nos interesan y nos imantan esas antorchas encendidas que reconocemos en los hombres irradiantes. Y yo me atrevo a decir que el deseo que manifestamos continuamente por el otro, por los otros, es deseo de arrebatarles su luz, de que nos inunde su luz. Y creo también que la arquitectura, como arte nacido para ofrecer el mejor sitio posible al misterioso acontecimiento humano, está obligada a ser un eco de la luz que esos hombres verdaderos llevan encendida. Si me permites que construya una imagen te diría que la arquitectura tiene el deber de custodiar ese flamígero que los pintores primitivos representaron encima de las cabezas de las figuras religiosas".

Luis Martínez Santa María


lunes, 18 de julio de 2016

Blake




En un grano de arena ver un mundo,
y en cada flor silvestre un paraíso. 
Vivir la eternidad en una hora, 
sostener en la palma el infinito.

William Blake

Los nombres del silencio

Era un no lugar cuajado de nombres.
Nombres guardados en los herrumbrosos cajones de la memoria. Nombres cuya gracia y sonoridad habían perdido su significado en mi mente. Nombres huecos, sin ninguna chispa de encanto.
Sedimentos neutros, descargados de la esencia derramada en cada acto que una vez ligó tu nombre con mi nombre.
Donde, tal vez se reunieron fragmentos de estructuras acuáticas coralinas.
Son los nombres del silencio. Voces, que al virar mi rumbo, callaron para siempre.

Hoy navego. Sin la pausa de los rencores. Mecida en la efímera brisa del estío, deleitándome en su sabia fugacidad.
Bien ligera de la carga de los nombres del silencio. Sin necesitar siquiera el mío para fundirme con los elementos.
Para llegar me a donde quiera ir, más allá de este instante.
Desde este espacio que construyo en lo más alto de la imaginación, al desplegar de sus velas.


Urgencias cotidianas

¿Dónde se queda el espacio de expresión de todas esas cosas buenas que acontecen en el mundo?

Millones de seres, cada nuevo día, se levantan y afanan para hacer de esta tierra un lugar mejor. Y, sin embargo, por parte de los supuestos medios de comunicación, información (de su gran mayoría) sólo se obtiene silencio, respecto de esta matriz mayoritaria en la que se desenvuelve la realidad de los acontecer es de la vida.

Urge poner voz a lo que es bueno. Lo que se descubre y nos hace avanzar, lo que se construye en continuidad con la naturaleza, lo que se crea desde el corazón. Todas las actividades que ennoblecen al  hombre y le dan sentido.

Urge poner voz a la belleza del mundo, cercada por el materialismo monstruoso de la gran ciudad, entre toneladas de cemento, acero y asfalto.

Urge crear una nebulosa configurada en todos sus aspectos por lo positivo, que se difunda y viaje rápido, que crezca exponencialmente y desplace a la maldad y miedo que se nos inocula cada día, en los noticieros

Urge darle alimento al alma.
Es tan sencillo comenzar a hacerlo.
Enciendes tu más alta luz. Te vuelves visible y muchos ojos abren su luz a tu luz.
Tu vibración de color de luz, eleva la vibración de lo que toca.

Urge encender el interruptor que conecta con lo que realmente se es.

Urge apagar el ruido de máquinas de bucles pensantes.

Tan sólo una chispa se necesita, para producir una reacción en cadena e iluminar de estrellas todo el cielo.


viernes, 15 de julio de 2016

Puntos de fuga

Cuando menos lo esperaba,
se abrieron las puertas de tu jardín secreto a mi paso.
Me embriagué con su dulce aroma y delicado encanto.
Y me sentí pequeña entre tanta hermosura.
Afortunada por recibir la dicha de conocerte en su paseo.
Mientras, el reloj se apagaba y
alrededor de nuestro halo, se llenaba todo de sentido.
Quise regalarte las primeras flores de mi campo.
Raras flores despojadas de la tiranía del miedo.
Criadas con las abundantes luces de la esperanza.
Y sin darnos cuenta, a nuestro compás se habrían  ventanas de belleza en la cáscara reseca del mundo. Redondas notas de luz de sol, aire  fragante y espuma. Los puntos por donde los límites del pensamiento desaparecen. Puntos de fuga.



Gracias, vida

Gracias a la vida. La maestra vida. Ilumina a aquel que se entrega confiado al fluir de su corriente; hace encontrar los medios, a quien se detiene un instante en su misterio, para mostrarle en su visión, generar en su mente o hacerle crear con las manos belleza.
La belleza es el bálsamo sin el cual el horror del mundo sería insoportable.

Agradezco ser vida. Vida de vida. Vida que me recorre e inspira. Que se derrama en los cariños, los besos y los abrazos, esos refugios de las almas grandes, destinos efímeros de los hombres verdaderos.

Agradezco gustar la vida. Encontrar de los errores una chispa de conocimiento, para perseverar en su rostro amable.

Gracias a la vida que te puso en mi camino y enseñarme en tu pecho el motor del universo.


Germinando

Muchas son las formas en las que llegan y te sorprenden. Cuando llegan.
Pues, en ocasiones, dudas y piensas que puede que ya no haya una vez siguiente. Más cuando menos lo esperas, llegan. Y sin darte cuenta te has sumergido de nuevo en los sentimientos. Y te encuentras explorando un mundo nuevo. Éste se descubre a la vez que se construye, mano a mano con el otro.

Es el momento de viajar de nuevo.
Disfrutas de la entrega, de la dulzura, de las risas cómplices como respuesta a la estupidez mundana disfrazada de no se sabe que cosa de apariencia o importancia.
El caso es que empiezas a descartar a muchos personajes. Y rebosas de nuevo alegría. Lo sabes porque se llena con ella el espacio y es lo que sientes al mirar los rostros de los demás.
Volver a ser como niños chicos. Jugando sin importar nada más que ese rato que surge. Obviando el universo de lo impuesto, al entender que nada en él es importante. Despreciando toda una reluciente morfología de lo huero.
Hablar hablando. Sin notar los pasos que gravitan sobre el camino.  Escuchar y sentir las pausas.
Crecer las estancias del pecho. Saber lo que importa y merece la pena.

Importan las manos abiertas que se ofrecen porque sí, sin reservas. Dar.
Importa tomarlas como el precioso regalo que son.
Sobretodo importan las caricias del alma, pues con ellas se gana el pulso a la vida. Importa sentir.
Sentir brillar los ojitos, que al mirar alumbran el cielo. Niñas de todas las formas y colores. Luces de luz para ver la luz.

Lo demás es una excusa, que inventamos como puro divertimento.

jueves, 14 de julio de 2016

martes, 12 de julio de 2016

La acacia

Habito la quietud de la majestuosa acacia.
Contemplo la fascinante sutilidad del elegante movimiento de sus hojas. Y se me asemeja al espejo de la imperceptible danza verde de la brisa.
Al apagarse los trinos, su despertar liviano se convierte en leve caricia sonora.
Es la compañera de las horas en este gris pedazo de lo absurdo.
Salpica de sentido este breve rincón de los pasares, con su belleza cercana y su aura protectora de las almas.
Juego a deslizarme en la acacia con mi mente, con sigilo, diluyendo la frontera ficticia de lo que fuera el otro lado.


Flor de un día

Cada amanecer acontece un majestuoso despliegue de vida.
Es una invitación a penetrar en sus confines y ahondar en sus misterios.
Vestir la limpia mañana con el traje de la ilusión y, con entusiasmo, ir descubriendo la inteligencia subyacente del universo.


lunes, 11 de julio de 2016

Seis chisteras

En el silencio lineal de la sala, descansaba el mundo de maya.
Era el momento de la entrega, de transmitir toda la fuerza. A través de las manos, obrando caricias. Era la hora de transportarse en los latidos del otro, de reconfortar con los besos.

Nada por aquí, nada por allá.

La esencia de la vida es invisible. Y sin embargo, en su inteligencia, todo lo posibilita, todo lo une.

Descansa la magia matérica, desalojando  chisteras. 

Seis es el número con el que se crea.





O3

Cada olorosa partícula envuelve con su  frescura. Tensa la piel a su contacto, despertando su halo más sensual.
Deliciosa tregua del despiadado estío. Fugaz retorno a nebulosas oníricas.
Instante de un mundo plano, recuerdo de la continuidad de la existencia.
El aire se llena de la ligera fragancia con que se anuncia la lluvia.
Leves gotas caen en un breve desconcierto.

Retorno a la sensación de su mano asiendo con desmesurada fuerza mi mano.
Su mano recuerda todas esas cosas que se han perdido de su memoria.
Construyo la imagen del recuerdo de su mirada, ahora, algo perdida. Navega escudriñando la abstracta neblina de los conceptos olvidados y difusos.
A veces, reconoce la fugacidad de tu presencia en su presencia. Puede que sea al contrario. No lo sé. Entonces, al reconocer y sentir, hiere notar sus lágrimas gravitando de impotencia al percibirse presa de su destino.

Dicen sus nietos cuando la visitan, que se parece mucho a Sofía, a la bebé de la familia.
Ellos saben que ambas están en proceso de descubrimiento del mundo. Poquito a poco y por entero. Hacen idénticos gestos de sorpresa, ante las texturas y el tacto, las voces y los olores, los objetos más cotidianos.
El origen.
Quizás su mente es parecida a este cielo de tormenta que nos protege del verano.
Si se mira directamente, sin en tornar un poquito los ojos, puede parecer que se confunden la figura con el fondo de las cosas, al sumergirse en su difusa claridad.
Más es lo que es. Es un estado transitorio necesario para comprender la fortaleza de la luz y la obscuridad en las sombras.

Cuando estoy a solas con mi madre, me gusta apoyar mi frente en su frente. Y quedarme ahí, sintiendo que somos mucho más grandes que la memoria.

No quiero

Fue hace unos días.
Había pasado un largo rato desde que mi hijo se había ido a la cama.
Yo estaba absorta en mis elucubraciones mentales, cuando desde el silencio de la noche me llegaban sus palabras como un apesumbrado lamento. Repetía incesantemente:
- No quiero, que no quiero, es que no quiero...
Acudí a su habitación. Me senté al borde de la cama para intentar consolarlo con un abrazo. Mientras esto hacía, le preguntaba:
- Hijo, ¿qué te pasa? ¿qué es eso que no quieres? ¿acaso tienes un mal sueño?
A lo que él, me contestó:
- No mamá. Aún no me he dormido.
Es que no puedo decírtelo.
Pero es que no quiero, no quiero mamá.
Y yo, insistía en saber.
¿Qué es eso tan grave que no me puedes contar?¿es el niño ese, el matón del colegio?
Él estaba convencido que no lo iba a entender. Y se sentía solo en su dolor y triste.
Y por fin, dijo:
- A veces, me ocurre que hago cosas que no quiero porque no se decir que no, porque no sé negarme. Es así por complacer a los niños del cole, también me pasa con las primas y los adultos. Y luego, me siento mal. Porque no quiero hacer las cosas que hago.
Por eso me repito a mi mismo que no quiero. Me da rabia. Y me lo repito a mi mismo, para recordarlo la próxima vez y no volver a hacer lo que no me gusta, lo que no quiero.
Sólo acerté a añadir que a mis cuarenta y cuatro años, acababa de aprender a decir que no.
A dejar de hacer cosas que no quiero.
A ser yo misma.
Terminé con un beso y diciéndole:
- No te exijas. No te juzgues. Aprenderás a hacerlo. Ya llevas la mitad del recorrido ganado, pues eres consciente de ello.

Me estaba ahora, acordando de esta anécdota.
Es que echo mucho en falta a mi hijo, a mi ángel.
Y es con él con quien más aprendo.

domingo, 10 de julio de 2016

Huir es un concepto

Quizás la huida sea un refugio hacia lo inesperado. Un anhelo de la breve sensación de libertad propiciada por lo que es incierto.

Quizás, huir, sea marchar de lo que se piensa aprendido a lo que está por crearse.
Quizás sea tan sólo una manera de aproximarse a otro plano de la realidad, más allá de todo recorrido pasado.

Se cierran las puertas hacia un sentido y, al avanzar hacia el lado contrario, verse inmersa en la intemperie, completamente desnuda, con los ojos bien abiertos y dentro de lo mejor de la vida.

Quizás la huida sea un camino sin pretender serlo que conduce a lo más matizado del ser.

Puede que sea un mecanismo de abstracción, para esos instantes en que el pensamiento se encuentra desprovisto de vuelo, pues los seres alados se entregan al amor de la hermosa flor que liban en el momento.

No sé si fue una huida, pero me encuentro en el cielo.

Questions

No te hagas preguntas si sólo son para contestarte lo que quieres oír.

Para ver lo que es, sencillamente, infiere.





viernes, 8 de julio de 2016

Penumbra

No son en si las palabras.
Es como las haces vibrar con tu voz.
Es tu particular manera de construir la cadencia de sus símbolos para expresar las sensaciones y los sentimientos.
Es que cuando las palabras se apagan en el silencio, tu esencia permanece.
Y su caricia latente recorre mi cuerpo, rellenando sus rincones.
De manera sutil.
Muy despacio.
En la penumbra de la mente que se abre a tu ser.

Encontrabas el sentido





Todas las cosas que no sabías, que no alcanzabas a comprender las inventabas.

Y en tus sueños, el mundo era el lugar de los hombre justos.

Y la trama de la vida te acogía generosa con su amoroso abrazo.

miércoles, 6 de julio de 2016

Sombra mínima

Desde el imperio del trigo segado
Clarean los campos sus piedras y arcillas
Magras calaveras sedientas de tiempo.
El mundo se mueve al ritmo del viento
Su danza es la elipse del sol justiciero.
Hay notas fragantes verdeando el cielo
Aromas de instantes cargados de mar.
Vivir al refugio de la sombra mínima
En un arrebatado refugio arquitrabado
Perfume mistérico de la obscuridad
El umbral incierto del lento pensar.

martes, 5 de julio de 2016

¿Mente?

Escribí: amor que en la mente me razona, ardiente amor que mueve el sol y las demás estrellas, yo soy el que te espera en la estrellada noche, en una noche oscura salí sin ser notada, alma corazón y vida, vivo sin vivir en mi, a vivir que son dos días, durante algunos años fui diferente, ¿cómo era, Dios mío, cómo era? Dios me libre, alabado seas, Señor, por el hermano fuego, si fuera fuego quemaría el mundo, serán ceniza, más tendrá sentido, y no saber adónde vamos, ni de donde venimos, Mambrú se fue a la guerra, la guerra de las galaxias, contigo hasta el fin del mundo, la expedición de los Mil, las maravillas del año Dos Mil, es del poeta el fin la maravilla.

La misteriosa llama de la reina Loana

Umberto Eco


lunes, 4 de julio de 2016

Ternura

Ser los brazos que aupan a un niño.
Refugiar su llanto en un fuerte abrazo.
Y ofrecerle el cielo concentrado en un beso.

Evanescente belleza

Quisiera saber qué es lo que sientes al verme, pues al pasar junto a mi y mirarnos a los ojos, me regalas una sonrisa.
¿Será que he vuelto a mi naturaleza?
Benditos sean estos instantes del lunes, impregnados del aroma de las flores de un instante.
Yo en ti me veo, en asimétrico espejo y te ofrezco también mi sonrisa, la más hermosa de las luces con que se reconocen las almas.

domingo, 3 de julio de 2016

Un punto de vista

Cuanto más cosas aprendo del ser humano, menos sentido le encuentro al hecho de hablar en serio de (casi) nada.






El juego de la vida



Saber la vida como el más precioso regalo.
No te demores en intentar comprenderla, pues corre presto y se escapa.

Vida que se alimenta con la llama que crece en el interior. Ser luz de vida.

Y mientras hayan luces en el mundo no existirá la soledad y se disiparán los miedos.

Vida de pasear ingrávido en los dominios del cielo, allí donde las palabras primero fueron un canto.
Canto que repitió la memoria para engalanar los besos.

Vida de agua fresca, discurrir caudaloso. Vertientes que juegan cada tarde al escondite y terminan por encontrarse.

sábado, 2 de julio de 2016

Unidad

Piensa en distancia y crearás distancia.
Mira el reloj y construirás el tiempo.

Ahora, siente.
Siente a través de esas cosas que sabes que unen.

Siente la música.
Generando la amplitud del cielo, conectando las almas.




Quizás sólo somos miliares de puntos que se reúnen en forma de esbozos dibujando la unidad.