sábado, 27 de noviembre de 2021

Ya no procuro olvidarte

 Hace mucho tiempo que no te olvido.

Hubo una época en que pensé que me daría buena suerte olvidarte. Y así hice: te aparté de mi mente. 

Y todo parecía estar bien, fluían las cosas en cierta manera, sólo que el bienestar conseguido me sabía insulso, porque no eras tú él que me lo provocaba.

Así, tras este sencillo razonamiento, volví a recordarte.


viernes, 26 de noviembre de 2021

Ese misterio que no cabe en el olvido.

 Se me están olvidando todas esas cosas que nunca te dije. A veces era por que me daba miedo tu reacción al yo decirlas. Las más de las veces, lo que me daba miedo era la mía.

Así, presas del olvido serán como si nunca hubieran existido en mi mente. Con que facilidad se volatilizan los tesoros intangibles que nos ofrece la vida.

Cuantas tardes de viernes llenas de emoción y de risas, viernes de mejillas encendidas por el alcohol y el deseo.

Cuantas señales apenas perceptibles que eran rico alimento para el alma.

Sólo tú y yo, a veces perdidos entre la multitud, y nada más parecía ser necesario. 

Tú y yo gozando del tiempo lento.

El tiempo atroz hace que se me desdibuje tu rostro y se difumine tu voz entre todo este gran silencio que ahora nos separa.

Quizás algún día no lejano, vuelva a descubrirte entre las páginas de un precioso libro o en la hermosa y perfecta música que interpreta Jaroussky.

Mientras, el tiempo y el desengaño seguirán haciendo estragos en nuestro ser, más no quedará vacío que mi imaginación no llene con el bravo mar que refulge en tu interior.

Voy a darle tiempo al tiempo y al ansia de vivir en ti, calma.

Todo comenzó como un juego y terminó en mi locura, que destruyó las fronteras entre lo real y lo posible.

A hora, a salvo, te sigo añorando, aunque haya muerto en mi toda esperanza.

Tanto bullicio de vida y ahora todo se limita a mantener a salvo su sonrisa.

Y pienso, que después de todo, mi esencia se encuentra impregnada para siempre de tu esencia, ya que tuve la gran  fortuna de interseccionar contigo en esta vida.

Ahora sé que no se trata de dos rectas que se cruzan en el espacio sin llegar nunca a tocarse.

Se trata del misterio que me llenó de ti hasta el final de mis días.




martes, 16 de noviembre de 2021

50 veces

 Se enciende una simbólica vela más. Se apagan cientos de momentos que yacerán  discretos y escondidos en algún lugar de la memoria. Puede que algún día vuelvan a ver la luz en forma de recuerdos, pero ya no será lo mismo, ya que al volver (si es que vuelven) quedarán impregnados de las circunstancias del siempre nuevo ahora, afectados por las variables del momento en que renacen.

Hablando de recuerdos, recuerdo la sensación que sentí cuando mi padre cumplió sus 50 años. Recuerdo como astillas en el pecho, me daba lástima pensar en aquel número tan elevado, porque pensaba que ya estaba más allá del meridiano de sus días. Me parecía un vejestorio. Ahora que me toca a mi, solo atisbo a decir que no sé que ha pasado con el tiempo, mi tiempo, se me ha escurrido como arena entre las manos.

Ya no me reconozco cuando me pongo delante del espejo. Pienso que esto se acaba muy pronto, que da vértigo la cifra.

Nunca imaginé que a los 50, mi vida sería como es ahora, todo debería estar en calma y hecho. Sin embargo,  me encuentro con muchas cosas aún sin hacer, con miles de fragmentos pululando por ahí de mis sueños rotos, pero aunque la vida no me haya llevado por los lugares que yo soñaba con conquistar, me siento tremendamente afortunada porque me han sucedido cosas increíbles, por las que la vida merece la pena.

Mañana hace 14 años, desde que pude tomar en brazos por primera vez  a mi hijo prematuro, mientras se debatía entre la vida y la muerte. Hacía una semana que había nacido a las 27 semanas de gestación. Cuando la enfermera puso a mi hijo en mis brazos sólo  pude decir, que era el mejor regalo de cumpleaños que había recibido en mi vida.

Ahora, hoy, me sigo reafirmando en lo mismo. No habido ni habrá nada superior a esos instantes en que por fin pude ver su rostro amado.

Los milagros existen, suceden a cada instante, solo que la mayoría de las veces ocurren y nosotros estamos mirando hacia otra parte. Y es gracias a este saber de ellos, de su experiencia, de su existencia, que continuamos cuando parece que ya no podemos más.

A veces, se entrega el sol a la noche, incendiando el cielo. Y me parece increíble que me sea dado contemplar la infinitud de tanta belleza. 

Y desde el desierto de mi existencia, añoro el mar dorado de tus ojos. Y me parece un sueño haber sentido tanto amor desde las profundidades de su orilla.

Y desde que ocurrió ese abrazo no dado, reconozco que nunca podré desvelar el misterio de tu bendita presencia.

Y es que voy a hacer mañana 50 años y no será un día especial, será otro día más sin verte. 

Y ya no me duele tu ausencia, no, ya hace que cesó el duelo. Más la anestesia del recuerdo no me impide soñar contigo. 

Ahora sé que no voy a olvidarte, ya que habitas en el rincón más fragante de mi alma.












 

jueves, 11 de noviembre de 2021

Cosas que se piensan para no pensar

 Busco refugio en el dormir, para no pensar, ya que soy incapaz de digerir determinados pensamientos que me ahogan.

Necesito cambiar. Necesito exorcizar los miedos atávicos que en momentos clave me atrapan.

Y es que hoy la busco y no la encuentro, la alegría de vivir.

Tengo una pesada carga que me acompaña allá donde voy y que soy capaz de olvidar por completo en un mínimo  atisbo de belleza. "Beauty is a light in the hear" . Esa es la clase de belleza a la que me refiero, como no podía ser de otra manera. 

No entiendo como se puede sentir pesadez y vacío al mismo tiempo, ese vacío que me empeño en llenar con cosas que no debo. Como exceso de comida, por ejemplo.

Debo empezar a cuidarme de verdad en algún momento. El reloj avanza y el tiempo se acaba.

No me siento bien en algunos aspectos y, sin embargo, estoy mucho mejor. Meses atrás, la ansiedad matutina me incapacitaba para realizar casi cualquier cosa útil.

La vida sin ti me resulta insulsa y densa. Ya no hay fuego dentro de mi ser. Ahora me conformo con que lo más cotidiano y sencillo fluya sin demasiadas complicaciones. 

Los fármacos sofisticados que ingiero han amordazado mi fogosidad y deseo. Y creo que no puedo dejar de tomarlos, no me puedo permitir un segundo brote. Es lo peor que me ha pasado en la vida, que mi mente enfermase. Pero ahora no quiero hablar de esto.

Necesitaba llenar mi vacío con algo que no fuese dulzainas. Por eso me he acercado a este espacio.

Ayer mi hijo cumplió catorce años. Catorce años ya han pasado. Y a mi lo que más me gustaría del mundo es poder ofrecerle en mi rostro una sempiterna sonrisa, que me saliese de lo más hondo de mi alma.

¿Cómo se construye una sonrisa?

A veces, me creo muy evolucionada, pero aún no sé bien lo afortunada que soy y de todo lo que tengo. Falta en mi rostro la sonrisa del que siendo consciente de su suerte, es agradecido con la vida.

El otro día leí por ahí que todo lo que va delante de un pero, no es sino anestesia. Pues eso creo que me está pasando a mi con este escrito, mucho bla bla blá, pero lo que en el fondo me bulle y me preocupa es mi hijo, mi niño precioso.

Hay un tema que me inquieta mucho y no sé como puedo yo ayudarle. Siento muchas nauseas y es que hay cosas muy jodidas que ocurren que no se pueden digerir por mucho que uno se empeñe

Así es que a ver si se me ocurre algo, mientras me sigo anestesiando otro poquito.

De momento, parece que poco más se me ocurre.

Hace tiempo que no sueño con ojos de mar, así es que se me agotan los temas de anestesia.

Al menos estás tú al otro lado de estas letras y me reconforta sentir que no estoy sola. Siempre conmigo en los mejores y peores momentos.

 Muchas gracias.