¿Ves cómo no existe ese tiempo que antes no teníamos?
Tú, que te pensabas tan sola y habitas en una legión de honor.
Fue mucho lo que sembraste.
Ahora, todos esos halos invisibles, que crecieron en tu origen, te arropan con su luz. Con su calor te dan la fuerza y la calma.
Y así es, que un cuerpo pequeño se extiende por vastos territorios.
Mira, estos bolsillos vacíos. Estos ojos, tan parecidos a los tuyos.
Este interior de belleza, es tu reino.
Eres la elegancia discreta de saber ser sin estar en apariencia. Más allá de la forma que concreta.
Me trajo al mundo el amor de tus instantes.
Reverdecen los campos al agua de la niebla.
Que por las tardes se eleva.
Variable altizonte el de las nubes.
Gotas de mar, que dispersas, se entretienen y pasean.
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