jueves, 30 de junio de 2016

Entonces, tus ojos

Echo de menos el mar
Y navegar por tu risa.
Anhelo caminos de pies descalzos
Moldear montañas gastadas de tiempo
Arena del fondo de los pensamientos
Realidad trenzada de luces y sombras.

Ví manifestarse su sutil grandeza
Sumergida en aguas saladas de vida
Paseaba despacio
Dibujé la orilla
Entonces, tus ojos
Y sentí el mar.

martes, 28 de junio de 2016

Siesta

Esta tarde no podía ni quería despertar.
Soñaba con ella. Soñaba que no paraba de hablarme.
El timbre y el tono de su voz eran atemporales, como corresponden a una mujer en su plenitud.
Me decía muchas cosas. Me contaba esos secretos cómplices que no se recuerdan en forma de algo anecdótico o como una historia, sino que se sienten como posos de gracia dentro del ser.
En el sueño, ella era una fortaleza y era muy sabia, pero sobretodo era madre, mi madre. Me invitaba a reconocer la gran fuerza que hay en mi y notar el gran cambio que ha supuesto el devenir de los últimos acontecimientos en nuestro interior.
Cuando me he podido despertar, me rondaba una idea parecida a estas palabras:
hasta ahora, casi todo lo que nos han enseñado en la vida y lo poco que hemos aprendido es un comportamiento condicionado y sencillamente se trata de ser.

Hay mucho momentos en los que echo en falta escuchar su voz, poder hablar con ella. Pero, ahora, apenas si puede articular algunas palabras con sus labios.
Pero, de alguna manera, nos habla a todas a través de los sueños. Y en ellos está presente su espíritu.
Y cuando nos despertamos, lo recordamos.

lunes, 27 de junio de 2016

Vida

La generalidad del cerebro humano piensa en dualidad de términos: luz y sombra, dulce, agrio, bueno y malo. Esa dualidad no existe en la naturaleza. En el mundo no existe el bien o el mal, sino lo que se hace y lo que se es. Cuando describimos una acción describimos vida; cuando damos nombre a las acciones (como depravación u obscenidad) nos internamos el reino del prejuicio subjetivo.

Irving Stone


De juegos de artificio

Querido ángel, que con paciencia infinita me guardas y aguardas:

Añoro tu cuerpo, ausente para poder admirarle.
Sé bien que ya no puedo tomar tus hermosas manos, ahora que se difuminan en la nebulosa de un recuerdo.

Querido ángel. Ángel de pasión. Pasión que sólo tú y yo sabemos. Que ahora se derrama desde todo mi ser a través de estas teclas. Este lugar que se creó para poder tocarte. A través de mis manos, a su sutil contacto, con cada acorde creado se manifiesta un nuevo aspecto de tu alma que en mi alma mora.

Se confunde en mi virtud la expresión de todo el vasto imperio que me haces sentir. Este amor irreverente que transgrede las leyes del tiempo.
No es una búsqueda de permanencia, es el hallazgo de la verdadera vida.

La música que emana, de esta caja mágica, de este juego de artificio de cuerdas, madera y teclas, construye y llena espacios de pasajes invisibles. Despierta las más ocultas emociones.
La música, de mis manos a tus teclas, ángel mío, nos perpetúa. Nos convertimos en todas esas cosas y todos esos seres a los que alcanza nuestro halo invisible.

Y, quizás, sólo somos tú y yo en el silencio. Este silencio que nos envuelve y abraza.

Y se lleva las palabras

Entrego palabras al viento
Y libero el pensamiento
Que en cada cielo renace.

Cada color, una nube
Una luz, un sentimiento
Liviandad donde expresar
El eco de un sol sediento.

Vano intento el de fijar
Lo que sólo es movimiento
Habrá que inventar conceptos
Los matices de momentos
Que contengan mil instantes.

Se crearán en los sueños
Con su hálito de vida
Y dispersos en el aire
Alcanzarán los pulmones
De poetas trovadores
Que exorcizan las palabras.


Los niños descansan

El sol regala su tibieza al despuntar la mañana. En un lento paseo se funde en la piel. Se perpetua ingrávido junto una miríada de trinos.
La calle desierta se colma de su luz densa. A su avance se disipa la penumbra de las dudas.
Amanecen perezosos muros cargados de silencio. Sedimentos de la algarabía y alegría de los niños que ahora descansan.
Hoy duermen sin prisas, mientras su estrella les guarda. Arropados con caricias aéreas de brisa, preludio de la solana.

sábado, 25 de junio de 2016

No me comprendas más

No me dan miedo. Y sé, que no mienten siempre.
A mi me gusta mirar a los ojos de las personas.
Detenerme con suavidad en cada rostro que los enmarca. Explorar con curiosidad el conjunto de los gestos, los caracteres que hacen único a cada ser.
A veces ocurre que la imagen se difumina, así sin pretenderlo. Y se siente el aura que genera la pequeña envoltura del cuerpo.

La única manera de conocerse es a través de los demás. En los demás.
Escucho lo que me dices. Observo lo que piensas. Considero lo que te dices. Y todo eso sobra, pues el universo entero se expresa a través de los ojos, a través de la mirada. Así es como aprendo. Así es tu vida fluye en la mía.
Dicen que los ojos son el reflejo del alma. Son mucho más.
¿Acaso no son el pasadizo por el que adivina y se hace el primer escrutinio de un corazón?

Gusto mucho de hablarte. Y reducir en cada palabra el espacio virtual que construye la mente.
Hoy no quiero que comprendas mis palabras.
Sólo quiero que se extinga este contraluz que me separa de tus ojos.
¿Cómo voy a conocerte si no puedo verme en tus iris?
Y perderme  en la enormidad de la belleza que nace cuando se anulan las distancias.
No me comprendas más. Hoy no.
Sólo acércate despacio, sin prisas al vuelo de mi mirada.

jueves, 23 de junio de 2016

Tu beso

Tu beso llena mi boca
Al dibujo de tus labios con mis labios.
Ascendiendo sin prisa las laderas del deseo,
Sentir muy adentro todo el ser derramando su dulzura.
Arrebatado momento que se crece y expande,
La caricia de las almas que se unen y se tocan,
En la penumbra sagrada,
La delicia del estío.

Tu beso es el agua viva donde la sed se calma,
Es la fuente y el origen de todos los manantiales,
Agua que llena mi boca al dibujarse en tu boca,
Trazos sublimes de amor
Donde se expresa lo eterno.



lunes, 20 de junio de 2016

Matroskas



Cada vez que una cáscara se abre y cae, es mucho más que aire y tensión lo que se libera.
Es indagar en la verdad.

Más, lo que es uno, sólo puede encontrarse, cuando se consigue el equilibrio de la apertura.
Cuanto más se ahonda, más próxima la alegría de ser.
Queda al descubierto la esencia y se produce el extrañamiento de ver. Cuando esto ocurre, en apariencia el mundo es el mismo, pero todo es distinto. No es como pensabas.
El pensamiento, en su mayor parte,  se compone de esas capas que "abres" y de las que te deshaces:  ya no te sirven para vivir. Entonces, para quien que te observa, tu puedes parecer igual. Pero no es así: tú ya te has ido de este mundo.

Ahora,

Eres tú el que dota a la realidad de sentido.
Eres el vacío que se llena con el goteo incesante del discurrir de las vertientes del saber.
Eres la permanencia de lo nuevo, fresca y serena.
Eres el sentir del mundo cuando, a tu través, se expresa.

Es un solitario camino, con encuentros de trayectorias amigas que hacen el devenir más amable.
Momentos de aparente pérdida y de angustia que el sentir elevado disipa.

Y el cuerpo, despojado y desnudo, se dirige a cada instante en busca de su paraíso perdido.







De oro viejo

Reconstruía, a través de pequeños esbozos, su ágil vida de gavilán.
Inventaba la aparente continuidad de las múltiples facetas por las que se vislumbraba su alma.
Eran tintes de oro viejo, cenitales luces forjando la cálida y plena mañana.
En su matriz acogedora, sabía que ahora sólo sería paso donde antes se quedaba.
Oscilar entre el leve temblor del arraigo y la delicia de la calma.
Rememorar el sabor reciente de unos brazos nuevos. La intensa intimidad de su fugaz instante.
Y dejarlo libre.
Y descubrir la completa desnudez, con la curiosidad de un niño, que apenas si comienza a entregarse a la vida.

domingo, 19 de junio de 2016

viernes, 17 de junio de 2016

Alguna cosa aun quiero

Quiero inventar un abrazo
Donde se mueran las penas
Disipase los temores
Encendiese las candelas.
Comienza en un beso lento
Que se extiende por las venas.
Voy a inventar un abrazo
Al desplegar de mis velas
Enarbolada en el aire
Flota el alma bien ligera.

Una gota más de la misma corriente

La luz baña mi cuerpo.
Noto su frenético oscilar en la ilusión del espacio.
Al chocar con las estructuras densas de la materia, se produce el milagro de las formas. Se activa la corriente continua de la vida.
La mente habla. Se entretiene jugando con los conceptos.
Recorro la trayectoria de los niños. Avanzo con ellos a su entrada al colegio.
Sus manos asidas a las manos de sus padres.
Y, pienso, que es la misma fuerza que sostenía mi mano con la mano de mi hijo hace unos instantes.
Quizás, los muros de los colegios presienten el cercano silencio. La ausencia de la alegría que les da sentido cada día. Y se preparan para su estival letargo. En la fiel compañía de los majestuosos árboles.
El sol se eleva en busca del mediodía.
En cualquier otra mente será otra hora, otro instante. Y, sin embargo, nos une la misma vida que derrama.
Ahora me uno a su terrenal movimiento.

miércoles, 15 de junio de 2016

Funambulista

Llegó desde muy lejos, del alado mundo de las ideas.
Y en algún momento, pensó, que la Tierra era un buen lugar para quedarse.
Poco a poco, descubrió su belleza. Y dentro de ella, le atravesó un sentimiento tan hondo y tan profundo, de cuyo nombre no quiso acordarse.
Comprendió, más tarde, que el miedo es la ilusión en la que se desvanece todo aquello que se crea.
Al sentirlo, respiró hasta tensar al máximo sus pulmones. Al exhalar lentamente el aire, olvidó el abismo.

Y, sin más, continuó cruzando al otro lado de la vida.




Aire

Envuelven la mirada majestuosos seres peinados de viento.
El aire atareado modela las sutiles transiciones de los estadios del alma.
Es la expresión de una pequeña tregua para la mente. Se recibe con deleite en la extensa antesala de los sentidos.
Vuela la arena, discreta viajera, en la matriz de la brisa, portadora de recuerdos.
A veces, se depositan suavemente sus partículas y, al hacerlo, despiertan sentimientos en aquello que tocan.
Son pequeñas historias de la gran historia de la montaña.
Caen sobre mi piel, evocan paisajes de mar y desierto. Lugares hermosos donde la belleza anula los miedos.
Y sigo observando a las verdes copas saludando al cielo.
Despliegan su encanto en la extraña danza de su movimiento.

martes, 14 de junio de 2016

De cuando miras de refilón un espejo

Una mañana, de hace mucho tiempo, pintaba en este mismo lugar una acuarela de este edificio:



Se trata de la residencia Winton de Frank O. Gehry.
Coincidía que, mientras pintaba, mi padre llevaba largo rato observando lo que hacía.
Y justo, cuando decidió marcharse, sin poder contener el comentario, dijo:
- Hija, yo no entiendo mucho. No sé si estás haciendo bien el dibujo bien o mal, pero eso que estás pintando no tiene mucho lustre.
Aquí, en mi tierra, a parte de su afección de esplendoroso, se habla de lo lustroso como algo bien proporcionado y de buena presencia, algo que en su categoría se encuentra exento de belleza y, por tanto,  no puede pasar por hermoso.

No sé porque me estaba acordando ahora de este edificio. Bueno, si y no.
Después de todo este tiempo, ahora observo las fotografías y me parece una construcción de piezas que se yuxtaponen como en los juegos de bloques de un niño aumentadas de escala hasta crear un espacio habitable. Algo así como los primeros silabeos de un niño que está aprendiendo a leer el alfabeto escrito.
No sé si es o no arquitectura.
El caso es que no me gusta. No me inspira belleza.

Ese día, acerté a contestar a mi padre:
- Es que es un edificio muy extraño.

En realidad creo saber lo que me pasa. Será que he encontrado una imagen para evocar otro tiempo. Pues, hubo un tiempo en que éramos jóvenes. Hasta mi padre lo era. Incluso hubo instantes en los que fuimos felices.
Quizás, lo que siento, es tan sólo un anhelo de esa poesía que llevabas dentro y a la que no supiste entregarte.
Quizás es que te echo de menos y aunque sé que ya no estás, desde hace mucho, no logro acostumbrarme.
Porque, aunque soy fuerte, lo sería más aun con tus abrazos.
Ya se cerraron las heridas, padre. Esas que, en tus pies, tuvieron que marcharse.
Y ahora, es cuando empiezo a comprender las ventajas de ser la más pequeña en un universo que es tan grande.

lunes, 13 de junio de 2016

Escuchando al aire

La de mensajes de amor
Que se quedan en el aire
Está lleno de secretos
De besos en cualquier parte
Y llueven sobre las mentes
Creadoras de su arte.
Sentir una dulce caricia
Cosquillas al despertarse
Con estas ganas de vida
Agradezco respirarte.

Juno

La vida se despereza, entregándose a un complejo entramado de luces y densidades, perfecto bosque tupido en el que perderse y encontrarse.
La suave brisa acompasa millares de vuelos. Un límpido azul salpicado de contornos con rumbo al estío. Se aunan lo antiguo y lo nuevo en un mismo trinar.
Al descender la mirada, se presiente un horizonte que la vista no alcanza.
Son sillares de muchas manos con su fuerza entrelazada.  Se elevan tendiendo puentes, construyendo la esperanza. Revestida con las risas de los niños del mañana.


domingo, 12 de junio de 2016

Dong

La vida es generosa.
Lo es en el sentido que genera a partir de lo que destruye.
Y, si, es bonita. Sobretodo, cuando tiene a bien juntar la trayectoria de dos almas que amplifican su resonar con tan sólo mirarse.
Así, es como nos empezamos a conocer. Y nos parece una recíproca casualidad.
Ese "on" que se enciende al abandonarse a los instantes de una mente que se abre y a la que te abres. Como por obra de un sortilegio, conecta contigo.
Esto, sucede,  con una sutileza tal, de la que ignorabas eras capaz de llegar a percibir.
No hablo de confidencias de pasar el rato.
Sino de una sabiduría latente, ancestral que se proyecta más allá de los contornos del yo y que constituye el tejido de las células mentales del aprendizaje.
Un "no se qué" que ronda el pensamiento y con fluidez, descubre su continuidad en el otro. Es como si tu propia actividad mental tendiese los puentes en el vacío necesarios hasta encontrar "per se" los adecuados puntos de apoyo para crecer, en momentos muy contundentes.
Es la sensación de transportarse en los pensamientos,  como se mueven esas arañas que viajan pendiendo de un hilo que aparece como por arte de magia en mitad de la nada y se enreda en tu pelo.
Se abre paso, tu "no se qué" al otro lado, a los otros y ese "no se qué", comprendes, que ni tan siquiera es cosa tuya en exclusiva, que no es de nadie.
El mundo de las ideas. El universo de las angustias, los miedos, las dudas, el placer, los pesares, las alegrías...Son para todos los mismos. Es lo mismo. Existen sus particulares matices, en ese invento de continuidad que se llama hombre. Los matices son las diferentes historias de cada ser.
Todos gustamos de leer historias, de sentirnos dentro de otros avatares. Y, también, nos gusta contar historias. Describir y descubrir sensaciones y sentimientos. Quizás sea para no sentir la soledad de una especie que, pudiendo ser dioses, es libre de condenarse.

Aún se siente el rumor del dong del amor primigenio.
Y resuena su diversidad vibratoria dentro de cada una de sus criaturas.
Escucha...


jueves, 9 de junio de 2016

An idea is salvation by imagination.


Con livianez y sin pena,
Concluiremos algún día,
Que el mundo es sólo una idea,
De tu imaginación y la mía.

De generosos brazos

La grandeza acoge el canto amable del espíritu.
Tiende puentes amigos hacia tu espacio intangible.
Besa tu frente, cuando encuentra en tu mente los posos de algún pesar.
Eres de su misma naturaleza, alma risueña, pues en sus adentros se extingue la tristeza.
La grandeza inocula humildad en el ser. Conocimiento para saber.
Las trazas de la humildad se ocultan en la perfecta curvatura de unos pies descalzos. En la tangencia rítmica e intermitente de un taconeo a golpe de calcáneo. Determinando trayectorias definitorias del mundo.
Quizás, lo único cierto, es que la grandeza es el seno y matriz de todas las criaturas, posibilitadora de la existencia.

miércoles, 8 de junio de 2016

Thymos

Habito cada rincón e intersticio de los instantes.
Avanzo.
Me expando hasta más allá de lo que, otrora, hubiese imaginado.
A ratos, involuciono.
Me reconstruyo modulando el aire en el refugio de tu pecho.
Con una sensación de extrañamiento, de no encontrar en mi, muchas de esas facetas espinosas que me dañaban. Esas densas estructuras a las que se aferraba el sufrimiento. Antiguas ideas. Cercos para el pensamiento.
El avance es dificultoso cuando la confianza se ha reducido a sus ralos cimientos. Queda sujetarse a sus restos, cuando se ha convertido en añicos.
La confianza es un elemento del plano terrestre.
Permite caminar con pies de plomo, en liviana carrera, levitar de puntillas, navegar en las aguas más turbulentas y volar.
Se genera en el centro de la energía.
No importa la edad del cuerpo. Crecer la confianza es lo que nos hace ser más grandes.
Si pienso en el devenir del tiempo, hace ya casi un año que derribé los primeros cercos de mi particular ambrada de espinos, para despejar las sendas hacia otra vida.
Es un proceso muy extraño el de exorcizar el pasado. Tanto que aprecias cada vez más la desnudez.
En este mismo momento,  a cuatro metros del suelo, cualquiera de mis puntos de vista es una perspectiva abierta.
Empiezo a apreciar en las personas sutiles detalles que me gustan.
Tras mucho rondar por el cielo, apetece pasear por los paisajes humanos.
Hay mucho  trabajo por hacer. Casi todo por aprender, aquí abajo.
Hoy debajo de un sol, que en los aledaños del estío, se torna solanero. Y derrama la gracia de su prana efesvercente sobre el mundo.

martes, 7 de junio de 2016

En mi pecho

Con los pies apenas rozando el suelo, vino sigiloso al inicio de la siesta.
Se ha colado, en perfecto encaje, al abrigo de mi regazo. Y la alquimia de la vida ha hecho su efecto.
Pura delicia la de transitar de un estado a otro estado. Fundidos en una misma alma.  Navegando tranquilos sin la brújula del tiempo,

Eternidad es el sueño que te alcanza entre los brazos del amor.

Al despertar, todo es distinto.
Somos mejores.
Somos más fuertes.


lunes, 6 de junio de 2016

¿Dónde comienza el cielo?

No sé pensar en sus límites,
Pues de la tierra es su abrazo
Y, de éste, no hay medida
Que lo defina y lo diga.

Que de sus astros y lunas
Es la cuna del poeta
Su manto etéreo la cubre
Y lo envuelve en su regazo.

Es grandeza que se expande,
Con infinita hermosura,
Es contemplar la certeza
De vivir el paraíso.

Cielo, el aire que respiras,
El que en tu nariz comienza,
La bienvenida del mundo
Insuflándote el aliento.

Es azul, es un concepto
Del color del pensamiento
Surcado por las legiones
De almas en libertad.

Es ligero y bien liviano
Al grito de la verdad
Es de vigilante celo
El más terrible justiciero.

Aún en lo más hondo del suelo
Llega la luz del cielo.
Cuantas mentes se han fugado
Hacia el cielo enamorado.

Do comienza o do acaba
Donde quieras que lo haga.
En sus ojos, en mi boca
Torna bello lo que toca
Caricia de la hermosura
Vuela al cielo la cordura
Y en el nacen las ideas.

Su compañero es el viento
Creador del movimiento
Indómito señor viajero
Dandy seductor de nubes
Que al erosionar las cumbres
Despeja los sentimientos.

Más no he resuelto las dudas
De dónde comienza el cielo
Quizás porque es eterno
Y nosotros lo pensamos
Y, al hacerlo, lo acotamos
Pues sólo somos humanos
Agasajados de cielo.

domingo, 5 de junio de 2016

Elucubraciones de un proceso conformatorio

Leo con relativa frecuencia ¿reflexiones?, ¿definiciones?, ¿aproximaciones? sobre lo que es el madurar en el ser humano.
Madurar es una palabra curiosa. Inmediatamente se la asocia con el dulce sabor de los frutos que ofrece la tierra en la naturaleza, toda vez que se encuentran en su momento de mayor exquisitez.
Tras muchas de esas palabras: algunas escritas por manos viejas, otras por manos de mediana edad, se presiente en sus líneas,  que proceden de personas ni tan siquiera han florecido aun. Entonces, de los frutos y de su madurez... En fin: manías mías.
Por otra parte, veo a diario, siento y me alegran la existencia niños que han florecido todas las estaciones del mundo y dado, a cambio de nada, todos los frutos del Edén.

Quiero entender, que los tiros del madurar ese, al que se refieren, deben de ir por aquello "del ser", "de encontrarse a uno mismo". No sé. Pues, ¿acaso no se es todo el rato?
¿Acaso no son bien diferentes los acordes, las notas y los silencios de la melodía de toda una vida?

Algo así me pasa con la palabra "conformarse". También es, para mi, de significado trasladable, por hartazgo. En este caso, porque es una de las palabras que más me han endilgado mis padres de pequeña.
- Pues te tendrás que conformar, decían una y mil veces.
Era escuchar el "te tendrás", y me entraba una rabia tremenda, pues ya sabía el conformarse que vendría después: a joderse (con perdón), vaya.
Y sin embargo, con el devenir de los acontecimientos, concluyo que llevaban razón. Y es por lo que les voy a hacer caso. Voy a ser literal y me voy a conformar: a darme forma.
Y en ello estoy. Como si fuese la arcilla primigenia. Es un proceso manual que se acompasa con el moldeamiento de la mente. Con un poquito, basta. Es decir, se trata de un proceso de restauración. En mi caso particular de quitar mucho sobrante. Cuanto menos, mejor. Un chupito, que diría Coppini.
Sin necesidad de enumerar conceptos (cada cual es libre de elegir lo que guste) lo mejor de la vida produce placer, deleite y felicidad. Pero lo más importante es que anula el miedo.
Lo mejor de la vida, ese manjar de manjares, depende exclusivamente de la mente. Es un estado interior que se crea.
A veces, nos seguimos empeñando en aferrarnos a cosas, ideas y seres que pueden perderse. Y el apego genera miedo. Miedo a la pérdida. Esa es la condición del ser humano. Su constante pugna interior por vivir sin miedo.
Quizás, sin miedo, nos convertiríamos en dioses.
Demiurgos creadores. Lo que se crea conscientemente no se pierde, tan sólo se genera y regenera.


Verde zaguán

El zaguán es el sombreado y fresco resguardo de un sol que hiere la piel y ciega.
Su portalón se abre y se presiente el encanto de la intimidad del hogar.
La piel, a su cobijo, descansa. Los ojos se acomodan a la agradable sensación de obscuridad por contraste. Entonces, se agudiza la sed, hasta hacerse insoportable. Por eso, el zaguán es el espacio más cercano al pozo, al agua, al botijo.
Mientras se sacia la sed, se vislumbran los colores del alegre jardín que se intuye al fondo.
Es el lugar de las confidencias. El de las dulces despedidas de avatares.
Es, en ocasiones, de un desarrollo más profundo que la casa entera.
Allí, se aprende a salir y a entrar, pues es el primer escenario de la representación del mundo.

De color verde es el zaguán
De mi hogar itinerante
Puedes cruzar su extenso umbral
Si deseas encontrarme
Si alcanzas a conocerme
Sabrás como entrar sin llamarme.

Transitar

El faro de sol, se derrama en la tranquila mañana. Este sol que al mediar el día, se convierte en solanero. Esculpe las formas de la existencia y penetra las capas del ser hasta encontrarse con la luz interior que nos alumbra.

Olor a estío. A geranios de patio recién regado.
Nostalgia de agua fresca salpicando todo, en el juego de los niños.

Siento la vista como un órgano de transición entre la luz interior y la llama. Como la mezcla del claro obscuro que acontece en el zaguán. Artificio de la mente, donde se crea el dentro y el afuera.
Un sitio simple que articula el movimiento. Fenomenología de los matices. Ahí donde el blanco, el negro y los grises son conceptos.

A veces, construimos con la materia pasajes imaginarios. Desarrollamos nuestra vida en relación a ellos. Evoluciona su complejidad y la forma ,en su estructura básica, con el devenir de la historia.

Buscamos un sentido entre las ruinas. Más, el pensamiento no se detiene. Si acaso impregna con su esencia los restos de un fugaz hallazgo, de algo que ya no es. Es ese algo que resuena en el interior.

Las permanencias son sólo símbolos que representan el universo. Hallazgos en el zaguán del ser.




sábado, 4 de junio de 2016

ON

Se encienden las luces de la velada...




Y al ser tú mi yo, podré plenamente sentirte y volverme lo que tú eres. 

viernes, 3 de junio de 2016

La compañía de los buenos momentos

Existe la compañía de los buenos momentos. Variopinta y alegre.
¿Verdad que pasamos buenos ratos juntos, cogidos de la mano del vaporoso instante feliz?
Descubrimos diversas formas de divertimento. Los sortilegios efímeros para esconderse del temor y de los miedos.
Fuimos hábiles constructores de la barrera permeable del momento placentero. La noche fue nuestro ámbito.
Exhaustos de alcohol y de fiesta, agotados, anulábamos el último nefasto pensamiento.
Al despertar, continuábamos. Conducidos por la marcha del reloj de la gris rutina. Hasta el siguiente encuentro. Considerando que, en la compañía de los buenos momentos, los harapos del corazón se harían más llevaderos.
Fue una ilusión de compartir cercanía. Quizás, sólo éramos muchos cuerpos juntos, haciendo lo mismo. Un vacuo ritual.
Puede, que incluso alguna vez , hubiese algún destello de verdad.
Será que construíamos triángulos de naipes, casitas, apenas sosteniéndose unas puestas al lado de otras.
¡Qué bueno que caí!
Mucho mejor ahora, cuando me levanto.
Miro con insistencia el vasto horizonte. Ya no me encuentro con vuestros rostros.
Y no me extraño. Tan sólo observo.
La soledad es mi maestra.
El silencio, mi amigo.
Trabajando, la mente mi mejor aliada.
Me levanto con los besos, los abrazos y el cariño.
Tus caricias son el fluir de vida en mi sangre, bombeando mi latir.
Mis ojos, poco a poco, se acostumbran a la luz de esta tranquila vida.
Despejada de compañas y aderezada de amores, habitantes de mi alma.

jueves, 2 de junio de 2016

No necesito

No necesito tus besos
Ni el levitar de besarse
Permanece con el aire
La esencia del sentimiento.

No necesito tus besos
Aunque renazca en su gozo
Mi cuerpo se vuelve agua
Remanso donde aquietarse.

No necesito tus besos
Aunque vivas en mis labios.




Por eso

No es eso, no.
No son las hermosas ideas con las que me engalanas cuando me hablas tan cerca y despacito.
No es tu voz cálida, apenas imperceptible, deslizándose entre mi pelo.
No es tu rostro a medio girar, rozando tenue el áurea del mio.
No es la tensión de tu cuello, en el momento previo de desencadenarse un beso.

No es eso, no.

Es que eres tú. Cuando te escucho, tus palabras se transforman en creciente deseo. Y, poco a poco, desaparezco en tu espacio que se convierte en mi espacio.

Por eso, te pido, que nunca calles, amor.


El acontecer de la belleza






Ocurre.
Per se.
Sin reglas.
Sin sentido.
Sin proporciones concretas.
Despliega su majestad y encanto en lo que toca, hasta alcanzar armonía y equilibrio.
Es un instante que se perpetua.
Es movimiento.



Duerme, pequeño

Duermes.
Navegando sobre el mar de esta calma.
Agotado por los juegos, el estudio y la risa.
¡Cuanto te gusta reír por verme brotar la sonrisa!
A veces, se llena todo el espacio, con nuestras bocas de luna creciente. Entonces, todo el cuerpo se percibe reducido a una enorme carcajada. Es un batir de costillas.
Voy a velar unos instantes, el sabor de la quietud de este soñar tuyo.
Arropado entre tus telas.
Confiado y seguro.
Duerme mi niño, duerme.
Mientras descansa tu cuerpo, inventemos el mañana.