sábado, 2 de enero de 2016

La grandeza de lo diminuto

No me imagino la vida sin escribir.
Es el medio a través del que he ordenado mi mente.
Encuentro paz y momentos de placer. Sonrisillas, para mis adentros.
No se si sería capaz de estar en calma, en estos momentos. No lo sé.
A veces, sólo hay atender a lo que se nos pide.

Había una vez un pequeño colibrí que encontró cobijo en mi pecho.
Cada vez que emprende su vuelo, todo mi ser con él se eleva.
Y muy lejos lo acompaña.

Una vez me perdí,  en malos pensamientos.

Ahora, me encuentro en un gran corazón.

Viviendo.
Sintiendo.




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