Los conceptos son insuficientes para descubrir la realidad plena. Como también los actos.
Es toda la simultaneidad a la que damos alcance. Y, también, la parte a la que no llegamos.
Corrigiendo la postura las veces necesarias.
Tensando con precisión el arco como una extensión del cuerpo.
Respirando el objetivo aprendido.
Con la felicidad de saber que hay muchos más, en el camino de la verdad.
Muchos objetivos a alcanzar.
Muchos espíritus que los alcanzan y entregan generosamente a sus hermanos. En silencio.
Es la esencia.
Lo que permanece.
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