De largos dedos,
De huesos finos y delicados.
Manos de una princesa que nació en un sitio y tiempo equivocados.
Siempre estaban ocupadas. Entregadas al trabajo. Compañeras. A la par. Desviviéndose en cuidados.
Creadoras de tantas vidas. Sujetando cada paso.
En esta asimétrica zozobra. Un leve esfuerzo, para seguir construyendo.
Una caricia, con su débil aliento.
Yo sólo quiero darle el mío. Con mis manos.
Y nada entiendo.
Y tengoiedo.
Porque no entiendo la vida, sin sus manos. Latiendo.
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