miércoles, 16 de marzo de 2016

Componiendo lo bueno

El día se despliega, majestuoso.
Abro los ojos, dispuestos a entretenerse en lo que le es hermoso.
Termino los sorbos de un café solitario. Dentro de cada gota se encuentran disueltos los amables momentos del café compartido.
Siento el trino de los pájaros, llenando el llano. Oigo las campanadas de las horas y de las misas.
Ecos de la memoria que se renueva.
La atalaya despierta a la entrada paulatina del poderoso caudal de luz que en ella se derrama.
Los buenos días, aguardan, unos minutos más, un poquito más arriba.
Los buenos días, como las buenas palabras que obran, a veces, lo cambian todo.

Llenos de sol y de fuerza, aunque sea pendientes de un delgado hilo, continuamos la vida.

Los buenos día ya se levantan.




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