martes, 8 de marzo de 2016

Apertura

Este momento indeterminado
sólo a mi me pertenece.
En él me acomodo a mi cuerpo,
desde las regiones ambiguas del sueño.
De él, he vuelto perdida
hasta que la luz del día
ha levantado mis pies.
La franja del cielo
vira del lavanda suave
al azul más intenso.
Trinos de resplandeciente humedad,
auguran la suavidad aérea de los almendros en flor.
Derraman su pétalos de belleza,
concediendo honores al suelo que tocan.
Pienso en tus laboriosas manos,
madrugadoras, obran la mañana.
En el dulce recorrido que hay
de tu boca al cielo.
Los buenos días
que me acompañan.

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