domingo, 1 de noviembre de 2015

Volver

El corazón se paró una vez, otra vez y otra vez más...hasta traspasar el límite que conduce más allá del dolor.
Mientras, la mente recorría años luz de todo lo que era posible.
Después, todo se detuvo.
Ya no había más miedo. Ni más dolor. Ni ningún pensamiento.
Sólo paz. Unos labios, esbozando una sonrisa.
Cuando parecía que todo había terminado, nació una leve sístole, a la que siguió una diástole, ua vez, otra vez y una vez más ...
Comenzaba a llover.
Salí a la lluvia. De nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario