En tus ojos profundos,
que escudriñan mi alma.
Tu piel perfecta.
Tu estar abrupto.
Tu dulce ser.
El color de tu voz,
Tu olor a vida.
Tus manos me
recorren,
como si no me conociesen,
con el ansia de lo que se sabe nuevo.
Y volveré a caer,
en tu insondable abismo,
para subir al cielo,
siempre cercano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario