domingo, 15 de noviembre de 2015

Vivo en tu rareza

Veo tu cara.
Tu cuerpo poderoso.
¡Eres tan extraño para ser una estrella!

Con el solo mirar de tus ojos, pones el oro en mis campos.
En su justa medida, tensas los colores de mi arco.
Perpetuas el verde brote de mi pecho.

He aprendido a vivir en tu preciosa rareza.
Y, así, me sorprendo encontrando instantes de dicha, más allá de la tormenta.
Más allá de las palabras que me conducen a tu esencia.
Más allá de la bendita luz que permite que te vea.






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