Y me dice que no comenzamos de cero. Y que vamos a seguir luchando.
Es ahora que comprendo que no se puede ser feliz sin aceptar todo lo que somos. Todo.
La debilidad siempre alerta, buscando cualquier fisura a la entereza.
Si cede por un instante, que no se prolongue más allá de ese instante.
Un doblez que anuncia que nunca hay que bajar la guardia.
De todas las artes de la tierra, la más noble y difícil es la de la constancia en lo bueno que hay en las cosas.
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