lunes, 5 de octubre de 2015

Sin huellas


Despertar en despejados horizontes, donde todo es posible.
Transportada por la risa en brazos del amor.
Las piernas fuertes, construyendo el momento.
Una constante oscilación de lo concreto a lo abstracto.
Siempre permanece el verano de los días. Bendita infancia descubridora, siempre dispuesta a abrir todas las puertas, con un rapto gesto rectangular dibujado en el aire.
Ser de agua, de bosque profundo, de tierra fértil y deliciosos frutos.
Transformar lo que tocas, a tu paso.
Sin huellas.
Ni rastro.
Hacerlo mejor.

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