Sobrecogedora calma que se recorta en toscos volúmenes prismáticos, salpicados de cal y de silencio.
Contraluz puro.
Azul derramado en oro que se obstina en permanecer más allá de su astro.
Vuelvo a ser niña en la plata del primer lucero.
En el fondo y en la forma todo es como tiene que ser.
Llegar desde el pasado, desde el futuro, desde hoy o desde ayer.
Tan sólo, es el mundo que tú creas.
Es sueño, ilusión,
Es marcha y espera.
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