lunes, 27 de marzo de 2017

Un guiño





A veces, la tierra le pare al mundo un genio.
A veces,  el mundo lo devora, como Saturno a su hijo, porque no el mundo ni entiende nada, ni entenderá nada nunca.

Pero, en su humildad como hombre y desde su fina inteligencia, en una sola toma nos deja como legado la respuesta a lo que somos, a lo que son el universo y la vida.

Yo les invito a jugar a un juego.
No es exactamente el juego de las siete diferencias pero similar.

En esta ocasión no hay dos imágenes, sólo esta.

Se trata de un juego de observación y atención.

No hay tiempo límite para jugar, ni prisas: fíjense en la pose relajada de Tésla. Además, la muerte no es el final, hasta los legionarios lo saben aunque no nos guste admitirlo, ni lo uno ni lo otro.

Umm...muchas pistas estoy dando.

Miren. Despacito.

En una manera de mirar, no verán más que formas, luces y sombras.

Al encontrar la otra, sonreirán a Tésla, sentirán la honda tristeza que le produjo su paso por el mundo. Pese a todo, esta foto, que muestra que nunca se extinguió su esperanza en la humanidad.

Un guiño.




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