Dicen que los ojos son las ventanas del alma.
Cuando miro a los ojos de alguien, me parece que son la expresión de esa infinitud que nos hermana.
Con la mirada te adentras en el otro.
La sonrisa se siente y con ella te elevas. Así, la sonrisa es el vuelo de las almas.
A través de ella expresamos que pese a todas las adversidades de la existencia terrenal, siempre hay un motivo que des-ancla y llena de alegría.
La sonrisa es el gesto que define la esperanza.
Daniel sonríe, por toda la eternidad.
Su gesto sutil queda registrado como un eco continuo, invisible pero que se siente y contagia.
Y parece un niño, descubriendo cada paso del día a día, sorprendiéndose, pleno.
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