La soledad buscada es un exquisito placer . Escondido.
Es la calma.
Es el momento de sentir la plenitud.
Notar la vida recorriendo el cuerpo y extendiéndose más allá de sus límites.
Al cerrar los ojos, desdibujar los contornos de los sentidos.
Crear así continuidad.
Cada pequeño hallazgo, un precioso regalo.
Cada pausa, una transición de potencia a potencia.
Concentrarse, en toda la esencia, para poder penetrar todas las capas de la apariencia.
Afuera, la furia del viento que arrastra el tardío invierno. A duras penas.
Dentro. La noche. La noche serena.
Dulce preámbulo, antecede al sueño.
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