¿Cómo se puede pasar una vida buscando la Ocasión, sin darse
cuenta de que el momento decisivo, que justifica el nacimiento y la muerte, ya
ha pasado? No regresa, pero ha sucedido,
es irreversiblemente pleno, deslumbrante, generoso como toda revelación.
Aquel día Jacopo Belbo se había encontrado con la Verdad, y la había mirado a los ojos. La única que le sería concedida, porque la verdad que estaba aprendiendo le
revelaba que la verdad es brevísima (el resto, sólo es comentario). De ahí su esfuerzo por domar
la impaciencia del tiempo.
Desde luego, no lo comprendió en aquel momento.
Tampoco cuando trataba de describirlo, ni cuando decidía renunciar a la
escritura.
Lo he comprendido yo esta noche: el autor debe morir para que el lector
descubra su verdad.
Umberto Eco
No hay comentarios:
Publicar un comentario