domingo, 5 de junio de 2016

Verde zaguán

El zaguán es el sombreado y fresco resguardo de un sol que hiere la piel y ciega.
Su portalón se abre y se presiente el encanto de la intimidad del hogar.
La piel, a su cobijo, descansa. Los ojos se acomodan a la agradable sensación de obscuridad por contraste. Entonces, se agudiza la sed, hasta hacerse insoportable. Por eso, el zaguán es el espacio más cercano al pozo, al agua, al botijo.
Mientras se sacia la sed, se vislumbran los colores del alegre jardín que se intuye al fondo.
Es el lugar de las confidencias. El de las dulces despedidas de avatares.
Es, en ocasiones, de un desarrollo más profundo que la casa entera.
Allí, se aprende a salir y a entrar, pues es el primer escenario de la representación del mundo.

De color verde es el zaguán
De mi hogar itinerante
Puedes cruzar su extenso umbral
Si deseas encontrarme
Si alcanzas a conocerme
Sabrás como entrar sin llamarme.

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