viernes, 17 de junio de 2016

Una gota más de la misma corriente

La luz baña mi cuerpo.
Noto su frenético oscilar en la ilusión del espacio.
Al chocar con las estructuras densas de la materia, se produce el milagro de las formas. Se activa la corriente continua de la vida.
La mente habla. Se entretiene jugando con los conceptos.
Recorro la trayectoria de los niños. Avanzo con ellos a su entrada al colegio.
Sus manos asidas a las manos de sus padres.
Y, pienso, que es la misma fuerza que sostenía mi mano con la mano de mi hijo hace unos instantes.
Quizás, los muros de los colegios presienten el cercano silencio. La ausencia de la alegría que les da sentido cada día. Y se preparan para su estival letargo. En la fiel compañía de los majestuosos árboles.
El sol se eleva en busca del mediodía.
En cualquier otra mente será otra hora, otro instante. Y, sin embargo, nos une la misma vida que derrama.
Ahora me uno a su terrenal movimiento.

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