jueves, 2 de junio de 2016

Por eso

No es eso, no.
No son las hermosas ideas con las que me engalanas cuando me hablas tan cerca y despacito.
No es tu voz cálida, apenas imperceptible, deslizándose entre mi pelo.
No es tu rostro a medio girar, rozando tenue el áurea del mio.
No es la tensión de tu cuello, en el momento previo de desencadenarse un beso.

No es eso, no.

Es que eres tú. Cuando te escucho, tus palabras se transforman en creciente deseo. Y, poco a poco, desaparezco en tu espacio que se convierte en mi espacio.

Por eso, te pido, que nunca calles, amor.


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