lunes, 20 de junio de 2016
Matroskas
Cada vez que una cáscara se abre y cae, es mucho más que aire y tensión lo que se libera.
Es indagar en la verdad.
Más, lo que es uno, sólo puede encontrarse, cuando se consigue el equilibrio de la apertura.
Cuanto más se ahonda, más próxima la alegría de ser.
Queda al descubierto la esencia y se produce el extrañamiento de ver. Cuando esto ocurre, en apariencia el mundo es el mismo, pero todo es distinto. No es como pensabas.
El pensamiento, en su mayor parte, se compone de esas capas que "abres" y de las que te deshaces: ya no te sirven para vivir. Entonces, para quien que te observa, tu puedes parecer igual. Pero no es así: tú ya te has ido de este mundo.
Ahora,
Eres tú el que dota a la realidad de sentido.
Eres el vacío que se llena con el goteo incesante del discurrir de las vertientes del saber.
Eres la permanencia de lo nuevo, fresca y serena.
Eres el sentir del mundo cuando, a tu través, se expresa.
Es un solitario camino, con encuentros de trayectorias amigas que hacen el devenir más amable.
Momentos de aparente pérdida y de angustia que el sentir elevado disipa.
Y el cuerpo, despojado y desnudo, se dirige a cada instante en busca de su paraíso perdido.
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