lunes, 28 de diciembre de 2015

Vida. En todas sus formas

Ahora, en su cuerpo, la mente zozobra.

El otro día dijo, en un pensamiento:

- No duermo.
- Estoy aquí, contigo.

Tan fuerte y rotunda.

Ella es la más hermosa de las bellas.

Cuando yo era una niña, me gustaba oírla cantar, mientras cocinaba. Mirar sus delicadas manos, enrojecidas por el trabajo. Y los huesos de sus muñecas. Sus muñecas. Me parecía el rincón más bonito del mundo. Las más perfectas apófisis estiloides del hueso radio, miro que se llaman.
Sus largas pestañas.
Sus ojos tan verdes.

Estos instantes.
En los que ella es el silencio entre tanto ruido.
La delicadeza que destaca sobre un fondo de abruptas formas.
Y mira.
Nacen los besos.
Y una suave melodía.
Para acariciarla muy despacito. Y muy hondo. Mientras viaja.



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