jueves, 17 de diciembre de 2015

De sombras arrojadas y luces propias

Ocurrió que me fijé. En ti.
Y sigo. Fijándome.
Mirando todo.
Muy atenta.
Muy despacio.
Sin importar el recorrido.
Te siento.
Con devoción.
Y crece, la envergadura de este vuelo.
Se torna simple y sencilla la estructura que compone las cosas.
Que a pocos, se desvela.
En promesa de crecimiento. Como un pequeño infante de sonrisa sempiterna.
El latido de un corazón tan vivo, agudiza el percibir y vuelve claro y cercano lo que se pensaba obscuro.
No es un derribar de muros.
Es saber, es tener la certeza, que los límites no existen en la compleja geometría del alma.
Geometría de sombras arrojadas y de luces propias.
Por triplicado.



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