Es posibilidad.
La conciencia lo moldea y cambia. En un continuo perfeccionarse.
Es esta simultaneidad que apreciamos linealmente.
Salvo raras excepciones.
Es que hay mucho ruido.
Y el ruido no es pensamiento.
Y se desdibuja la perfecta geometría de los aconteceres.
Y se dan pequeños saltos en una impresión de discontinuidad.
Todo es tan sencillo.
De tal sencillez que, en ocasiones, abruma.
Pienso.
Patientia.
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