sábado, 26 de diciembre de 2015

Siempre vida

Y olvidé que habitaba en todo un ejército de corazones pacíficos.
Y al volver a mi origen, se abrían, una tras otra todas las puertas.
Y sentí, por fin la fuerza de un descomunal latido.
Es la música.
Es la grandeza.
Es la belleza desnuda que si acaso, se atisba un poco, en las ventanas del alma. Los ojos.
He vuelto.
Dónde siempre había estado.
Ahora soy.
Contigo.
En presente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario