lunes, 28 de diciembre de 2015

En la montaña

Este pequeño refugio.
Aquí, muy despacito, es donde se van deshaciendo las dudas.
Se volatiliza el poso de los miedos, apresados por sus propias fauces.
Lugar donde mirarte de soslayo, sin entender la timidez que todavía me embarga cuando estás, así, tan cerquita.
Entonces, el calor de mi cuerpo se torna incendio.
Todo lo envuelve el leve encanto de tu presencia.
Es este refugio que resplandece en la mirada.
Es el sitio del sentir más delicado.
El expresar de la emoción en sus más íntimos matices.
Delicado jardín, de fuerzas invisibles.
Nada se empieza ni se termina.
Es el punto donde siempre se genera.





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