viernes, 4 de septiembre de 2015

Una

A veces, las circunstancias mandan y se imponen a la cerrazón de ciclos vitales.
Otras, las más importantes, son decisiones conscientes.
Nunca se puede volver atrás, pero si se pueden apartar todas aquellas cosas que nos han hecho ser débiles y alejarnos de lo que somos.
Esas virtudes, con las que aquí venimos, si no se alimentan y se les da forma se marchitan y así es que nos vamos sin entregar al mundo nada de nuestro arte. Nos convertimos en repetidores de un sin sentido común.
Es muy difícil narrar los acontecer es, sobretodo di son personales, porque se perciben como estratos que se superponen según el ánimo del momento. Ese ánimo hoy, al levantarme, no me acompañaba.

Me he pasado más de media vida buscando las respuestas fuera.
Ahora sé que he confundido el amor con muchas otras cosas. Y que me volví...

Media vida inmersa en una relación de
¿pareja? que no tendría que  haber durado más allá de un par de encuentros.

Todas las cosas terminan en el momento que mutan en excusas y mentiras. Esos detalles que tu instinto te dice que no. Que no cuadra. Que hay algo que no está bien.
Y sin embargo, a veces, no hacemos caso a nuestro mejor regulador y nos dejamos llevar por algo efímero. Nos auto engañamos.
Ahora, por vez primera, tengo un espacio propio para vivir con mi hijo.
Es una casi ta muy pequeño ta y , sin embargo, en ella, mi mente y mi espíritu se expanden.
No necesito nada más.

Durante estos primeros meses de mi nueva vida me ha sucedido todo lo más hermoso...
Es mucho el trabajo que queda, hasta sacar la figura colosal del bloque de Carrara. Manos a la obra.

Esta mañana, mi ánimo se ha repuesto. Siempre esta mal si lo hago depender de causas ajenas a mi. Hasta que soy consciente y retorno.

Echo mucho de menos a un amigo.
En otra etapa de mi vida, en la que andaba muy perdida, él me volvió, momentáneamente, a las letras y a los libros.

Entonces, podía pasarme horas buscando el orden preciso de una palabra, pensando que fuera de su agrado. Pensando que me iba a juzgar.
Entonces, me intimidaba mucho.
Entonces, yo era un ser iracundo.

La única que juzgo siempre fui yo. No me porté bien. Malinterprete. Inmersa en mis miedos todo confundí.

Hoy quiero decirle que pedí ayuda.
He recibido mucha más de lo que hubiese imaginado.
Fue doloroso el deshielo. De las gélidas aguas al calor del sol. Un fluir venoso de las aguas terráqueas, generando la belleza.

Hoy quiero decirte que eres amor.





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