jueves, 17 de septiembre de 2015

Allons enfants!

Amanezco.
Se configura una franja violácea que se difumina en un cielo lechoso, tornándose púrpura.
Todo está húmedo, tranquilo, sin el menor vestigio de actividad.
Parece un escenario inerte, un decorado.
Lo trinos enlazan mi percepción con el resto.
El sol se eleva y el cielo comienza a brillar con creciente intensidad.
Echo de menos la música, en este tiempo de silencio.
Cada uno de los acordes de tus canciones son aliento para llenar la vida.
Suenan los ocho en la torre de la iglesia.
Se ofrece, por momentos, un día. Un buen día.
Marchons!

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