sábado, 12 de septiembre de 2015

Tres

Materia que gasta materia.
Qué queda de ese rostro que refulgía severo. De la expresión de tránsito. De la ingravidez.
Existen lugares que atraen a los cuerpos para descargar el espíritu. Donde todo confluye y se regenera.
En este lugar confluyen todos los parajes inéditos por los que hube de vagar.
Así, a la altura  del hombre, que no se acerca ahí para quedarse, sino para desprenderse.
Quizás sólo sea una marca.
Un punto tangencial entre el cielo y el suelo.
Y, si te acercas, hallarás paz.


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