La risa contagiosa de inventados disparates basados en pasadas realidades.
Los ataques de amor de tu hijo que te abraza y te colma de besos hasta casi magullarte.
La emoción de esos saltos al vacío de los
niños, hasta llegar a los brazos amados de óseas consecuencias indinsospechadas.
Las oportunas e inesperadas presencias, que hacen que tu corazón lata al borde del colapso.
Esas firmes personas, que te sujetan como mil puntales cuando solo no puedes.
El único espejo, el alma.
Como realmente eres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario