Crucé al otro lado. Más no encontré a quien pensaba.
Y ahí estabas tú, sin comprender yo porqué.
Lleno de palabras justas y abrazos largos.
De reír pleno y lento besar.
Sublime en lo sutil y puro sentimiento.
Y, ahora, sé que después de ti no hay nada más.
Que no existe más lugar donde quedarse.
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