viernes, 23 de septiembre de 2016

In principio erat

Nos perdemos
En la suavidad de las formas.
Con el ansia implacable de gustar el licor de la esencia sagrada.

Nos perdemos.
Para desaparecer en el mismo centro del otro en el cenit del éxtasis.
Las bocas abiertas bebiendo el néctar más dulce de los sedosos labios amados.
Los cuerpos enredados, anclados en un instante que se estira y expande.
Cada átomo del ser sintiendo el singular matiz de la deliciosa maraña de sensaciones que se convierten en la más perfecta sinfonía de la creación, expresando el sentir pleno, la alegría de vivir.

Nos encontramos.
En el umbral de la penumbra.
Exhaustos de placer y de dicha.
En las cálidas olas del inextinguible deseo.

Nos reconocemos.
En el incesante diálogo de los corazones unidos.
En las delicadas caricias piel sobre piel de sus latidos.
Traviesos, conversando en su particular lenguaje secreto.
Construyendo con más y más hilos el sutil tejido que los une.
Más allá de todo lo cognoscible.
Modificando el tiempo, anulando distancias, derribando límites.


In princio erat Verbum.
In principio erat Amor.

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