Pronto volveré al lugar en el que habitas.
No me verás, ni tampoco me encontrarás.
Seré sigilosa.
Le devolveré a la brisa mis suspiros y al mar cada unos de los latidos de mi corazón.
Buscaré caracolas y piedrecitas de colores, llenos de ecos remotos. De tiempos muy lejanos, que nunca terminaron de irse, que afloran para que demostrar la continuidad de las cosas.
Cada pequeña partícula de sílice modifica la trayectoria de todo un océano.
Cada momento enlaza con el siguiente momento.
Cada juicio vertido sobre otro es una limitación a su ser. Y a tu ser.
Cuando camines sobre mis pasos, sentirás en ti mis huellas.
Pero no pienses que fui yo que pasó por tu mismo camino en otro momento.
Aunque no veas, ni me sientas, ni me notes, voy contigo.
A tu lado.
De la mano.
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