domingo, 28 de junio de 2015

Redes

Buceaba por un mar de aguas tranquilas,
en reposado movimiento.
Y por un sólo instante, fui consciente de mi cuerpo.
Y así es que una delgada red de ideas fue envolviendo mi cuerpo.
Entonces, lo que fue un fluir se volvió torpeza.
Se tornó carga pesada la ligereza de mi cuerpo y si actuar.

Más todo era inconstante, y confuso.
Pero ahí estaba la posibilidad de romper esa imprecisa línea.
Una geometría impuesta.

Es como la trampa en la que, a veces nos envuelve el pensamiento.

Esta mañana vi esa malla.
Esas extrañas cosas que aparecen en la mar de tanto en tanto.

Una pequeña malla de naranjas de cuatro kilos.

Anda que llevo horas enredada en ella y no la veía.

Me la acabo de quitar, y voy a ver si me doy una vuelta por el golfo pérsico.






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