Había pasado por muchos quienes.
Sobrevolando el vacío del desdén del adentro y del nombre.
No volveré la vista atrás.
Sé de los mundos en los que florece el goce, más allá de donde hube sembrado. Ésos en los que tu ser habita.
Desciendo del cielo al suelo, donde nunca hube estado.
Invisibles trayectorias intersectan nuestros pasos de ritmo sereno.
Desdibujando horizontes, repletos de luz de intensidad creciente.
Es compartir el recorrido sin distancia para un mismo pensamiento.
Ignorando esas cosas por las que no estamos.
Disfrutando, por un indeterminado instante, el intenso amor al que siempre volvemos.
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