Si por un extraño casual, alguna vez cayeses en la trampa de las palabras, puedes jugar a descomponer sus formas elementales en trazos sencillos.
La mano, en vilo, las ideas fluyendo de la mente al papel.
Al liberarse de todo vínculo, germinará un nuevo orden. Su desarrollo será una particular estructura de lo posible, que para ser, no necesita sujetarse a nada.
Ahí justo, estás tú.
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