miércoles, 4 de mayo de 2016

Ganas

Creí que podía contenerte en un espacio acotado para pensarte.
Ocurrió que, poco a poco, los demás momentos dejaron de tener sentido.
No era más que entregarse, corriendo, al viento. A la ingravidez, al pulso intenso, desorbitado.
Entre los senderos del bosque, se truncó mi destino.
La verdad explosiona los límites. De dentro a fuera. Después, nos vacía y crece, para albergar suavemente lo que somos.
Hace ya, que no corro.
Ahora camino. Despacito, las más de las veces. Me detengo donde me lleva la atención . Y es curioso, porque voy con tanto espacio dentro que se confunde con el de fuera.
Ahora paro. Un poquito. Encuentro descanso. Más, enseguida, vuelvo.
No importa si ando o estoy quieta. Ahora siento. Siento tu presencia que me llena. Sin tiempo y lugar precisos. Y me siento leve. Me noto tintinear, contenta de no encontrar palabras que puedan describir todas estas cosas nuevas que siento. Tan intensamente indescriptibles.
Hoy, la belleza llega a casa para instalarse.
Huele a vida.
Vuelven las ganas de cosas ricas
Hambre y sed, vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario