viernes, 27 de mayo de 2016

Qué ya huele a siega

Vivo la tierra del viento, cálido aire solano. Escultor de los rostros y el carácter de sus gentes.
Arquitecto del artificio de las formas de los hogares.

La espiga madura danza. Su balancear dorado.
Siento su en mi ser su estío y la sed fresca que no cesa, de gozar el manantial de los besos.
Besos trigueños de mayo.

Qué ya huele a siesta y a siega, en el rocío de la mañana.

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