Una y Cuarto
sábado, 1 de agosto de 2015
De cuando soñaba
Animose el ambiente,
primero, de sonido,
de color, de sentimientos;
luego de visión,
pero en el ser quedabas tú.
Por ahora, tú y yo ¿sólo?
Nos soñábamos.
Y, ¡qué sueño tan dulce debía ser!
Porque si no,
¿por qué costaba tanto volver a la vida?
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