Lentamente, poquito a poco, de la manera más sutil entras dentro de mi.
Los cuerpos se desdibujan y reconstruyen en un encaje perfecto, borrándose cualquier vestigio de límite, en una única anatomía.
Es el momento exacto que se expande y crece, en que todo el uno se desborda sobre el otro en un único sentir que estremece el ser y hace vibrar las almas.
Entonces, cada pequeño polígono que hay definido en la piel se corona con nuestros labios, beso sobre beso, en un pequeño torrente. Y no hay principio. Ni tampoco fin.
Existe un lugar al que ir para nunca más venir. Ese lugar es en ti.
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