domingo, 9 de agosto de 2015

Terra piena



Nos miramos, en la danza de ese movimiento orquestado que genera el silencio del entendimiento.

Frente a frente. Esos preciosos instantes, oscilaciones pendulares apenas perceptibles.

Te muestras serena, plena, cercana. Casi podría dársete alcance, desde un ágil respingo.

Cubiertos por nuestro manto impar, seda en la que recibimos tus influjos.
Con él, cubrimos nuestros cuerpos que se entregan con devoción en perfecta comunión, en este inmenso mar de las caricias.

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