Muchas veces me preguntaba, cómo podría yo desenvolverme en medio de tanta obscuridad, sin perderme irremediablemente.
Presentí, agotada, que el ansia de encontrar la luz me cegaba.
Por contraste, profundizaba más y más mediante las sombras de la luz en el mundo de las formas y me confundía.
Así, entre luces y sombras, supe hacerme camino a galope, en cada latido, en compañía de tu albura, de tu belleza; ingrávidos como oro del sol que acaricia la espuma del mar al deshacerse en las olas.
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