lunes, 24 de abril de 2017

Es igual

Hoy recordaba, una vez en la que te pregunté, porqué te gustaba o admirabas determinado personaje histórico. Elaboraste una lista en la enumerabas los motivos. En primer lugar, escribiste, que  como estaba muerto no podía decepcionarte.
Hoy recordaba esto, porque me hacía gracia descubrir que ha llegado un punto en el que ni los vivos me decepcionan.
¡Y qué gusto!

Me imagino el cielo como un inmenso tablero de ajedrez en el que, sin embargo, no puedes escaquearte.

En él, paseamos sin prisas, que para algo somos eternos. Yo te escucho mientras caminas con las manos recogidas en la espalda.
Hablas, mucho, mucho, pero a mi me encanta escucharte, porque así te miro y te remiro a gusto. Yo tengo los bolsillos llenos de puntos y de comas. Voy a regalártelos, por si decides alguna vez hacer alguna pausa.

Paso muchos buenos momentos leyendo todas las líneas preciosas que has escrito para mi, tal vez, para todos, ¿qué mas da?

Sólo sé que eres mi sonrisa.

Te he buscado una y mil veces al otro lado, sin entender que eres mi misma esencia.

Te encontré al encontrarme.

Quizás seas tú quien me encontró al encontrarse.

Es igual.












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