¿Qué es lo que pinta la luz de ese allí en este ahora?
Nos asomamos a la toma.
Basta un somero análisis visual para notar lo mucho que hemos cambiado e intentamos hacer, en un ejercicio del absurdo, balance con respecto de los otros personajes que salen en el cuadro.
Busque usted sus viejos álbumes de fotos, o mejor: deje que le encuentren ellos a usted en un renuncio de desasosiego.
Resultan de especial interés aquellos que quedaron relegados en la polvorienta estepa del alma, ésos que se dejan notar asomando una esquinita desconchada entre las costras de barro.
Elija un par de estas incrustaciones al azar, guiado sólo por la atracción que le produzca su vibra.
Vestido con sus mejores galas: el traje de fumar, su monóculo bien ajustado y los álbumes escogidos, se encuentra preparado para venir a nuestra consulta de cronoterapia ilustrada.
Nos gusta mucho trabajar con impresiones en papel, pues somos unos clásicos. Pero también es divertido trabajar en formato digital. Si es este el caso, necesitamos un dispositivo de salida de imágenes limpio de huellas dactilares. El pasado no puede tocarse, porque no es un instrumento. Se trata de establecer un nuevo orden, el adecuado a los acontecimientos, el necesario para vivir en armonía con el ahora.
Nosotros somos sólo un medio para ayudarle a usted a reajustar la visión de su monóculo y compartir con usted algunas pautas para hacer un reseteo lumínico selectivo, si es que así lo desea.
Quizás no se ha planteado nunca, que cada instantánea abre un portal a través del cual se puede penetrar, entre otras muchas cosas, a los secretos y traumas del pasado.
La manera de proceder es sencilla hasta donde sabemos. El resto, lo que no sabemos, lo vamos inventando juntos sobre la marcha.
Usted elige la fotografía que desea analicemos. Nosotros, le incidiremos respecto de algún aspecto o personaje que nos inquieta, o que nos suscita una sensación concreta. A continuación, le expresaremos esa emoción, sensación o asociación de ideas, mayormente a través del lenguaje oral y gestual.
Como no nos conocemos de nada, usted y nosotros, incidir en el carácter lúdico de esta innovadora técnica. Estamos jugando a leer imágenes de su historia personal con usted. Podemos hacerlo, mayormente, desde el inconsciente colectivo. También desde algún otro lugar, donde se cimienta nuestro secreto profesional.
Después, con la información que le suministramos, usted está en condiciones de re-interpretar los acontecimientos de su vida abiertos al plano consciente.
Lo haremos con cuantas fotografías desee, durante el tiempo aproximado de una hora. Una hora de reloj, no una hora cúbica de Unamuno, ni una filosófica, ni tampoco una relativa: que no haya malentendidos a posteriori.
Tenemos a su disposición un brasero, por si desea incinerar y purificar mediante el fuego alguna toma o incluso el álbum entero.
Yo les puedo comentar, desde mi experiencia y observación personal que gracias a esta técnica, reconozco a los habitantes de mi pecho. Son, parecidos a mi, muy juguetones. Nos gusta mucho partirnos de risa: sí, estallar en mil pedazos de inmaterial alegría.
¡Ah! Y otras cosas.
Pero del amor, no se habla.
Foto: Alessio Zeta
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