Hay cosas que siempre has sabido.
Son esas cosas que se esconden entre estratos de espacio y de silencio.
Te niegas la oportunidad de atenderlas, de escucharlas, dedicando tu precioso tiempo a atender el movimiento inercial de un mundo inventado que amplía a disminuye la geometría de sus límites según conviene a unos pocos.
Caerán esos límites y se construirán otros, al antojo y conveniencia de otra locura distinta cualesquiera diseñada para plagarse de adeptos.
En medio del tumulto del caos, se encuentran los verdaderos deseos, son aéreos y se alcanzan con trabajo. Te conducen a la paz sin necesidad de campo de batalla alguno.
Hay cosas que siempre he sabido.
Y que ahora hago y digo.
Al rebasar locura del pensamiento, comienza el numen.
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